Gracias, Dios, Por el Sufrimiento

Cuando era niña, mis oraciones iban algo así: ‘Gracias Dios por este día. Gracias por el sol, el pasto, los animales, mis papás, por la comida, etc.’ Daba yo gracias por cada cosa que se me ocurrió. Pero a pesar de eso, estoy segura que una cosa por lo cual nunca di gracias es el sufrimiento. Y si soy sincera, no es nada fácil agradecer a Dios por el sufrimiento mientras lo estoy pasando. No es una cosa tan natural decir gracias por el hecho de que tu corazón si siento como si estuviera en mil pedacitos, que estas demasiado cansada y agotada para seguir adelante y hasta sientes que este dolor que traes ahora jamás se irá por completo. Sufrir duele. No es algo abstracto o imaginado. Es algo muy real. Muy cerca. Y a veces es lo único que podemos ver. Y esos momentos se sienten toda una eternidad. Pero hoy, en medio del sufrimiento, mi corazón clama a Dios, ofreciéndole lo único que tengo, que son estas palabras:

Gracias Dios por este día nuevo. Gracias por la forma en que tú me amas. Y gracias que tu plan para mí incluye el sufrimiento. Gracias, porque esto no es fácil. Gracias que no es rápido. Es trabajo duro, doloroso, lento. Pero gracias por hacerme luchar atreves de este sufrimiento. Aunque me gozo en que esto es pasajero, no te pido que lo quitas de mi vida por completo porque por medio de ello, te busco a ti. Gracias.

La palabra De Dios habla mucho sobre el sufrimiento de sus hijos, así que sabemos que nunca estamos solo en lo que sea que estamos pasando. De hecho, estamos en la mejor compañía en este camino largo por medio del desierto de sufrimiento. No puedo pensar en ni una persona en la Biblia quién Dios usó grandemente y quién lo amó profundamente que no pasó por algún tipo de sufrimiento. Y lo mejor de todo es que nuestro sufrimiento nunca es sin un propósito. Después de todo, como aprendiéramos el gozo de conocerle más y depender solamente en Él sin nuestros momentos de sufrir?